El espíritu del 5 de octubre
El 5 de octubre de 1988 significó el triunfo de la democracia, incluso mucho antes de que se dieran a […]
Publicado en La Tercera, 03.08.2017La desigualdad de ingresos en Chile ha bajado en los últimos años, tal como lo han explicitado el reciente estudio de la Universidad Católica y el publicitado informe del PNUD- este último, sin embargo, en una actitud barata, sorprendente y políticamente correcta, lo ha dicho en «voz baja» e insinuando, mediante sus titulares, que habría ocurrido todo lo contrario. Y así como estos estudios explican que una de las principales razones por las cuales ha caído esta desigualdad es el mayor acceso y la mejor calidad de la educación en Chile, es interesante entender qué dicen sobre el efecto inverso: ¿por qué aumentó la desigualdad en épocas pasadas? La respuesta que dan es simple y un correlato de la anterior: antes eran pocos los que iban al colegio, menos los que lo terminaban e insignificante el número de quienes a la universidad llegaban.
Durante las décadas de los 60, 70 y a principios de la de los 80, la universidad era gratuita y el Estado tenía que pagarla, pero, como el país era muy pobre, simplemente no le alcanzaba la plata. Había entonces que controlar ese gasto educacional y, la única manera hacerlo, era limitando la matrícula universitaria, por lo que eran muy pocos los que lograban entrar a la universidad -justamente los más ricos y educados, que eran los que sacaban mejores calificaciones-. Y así, como la economía del país crecía, las empresas los necesitaban, pero, como eran pocos, se los peleaban. ¿Cuál era el resultado? Pocos universitarios que luego de graduarse recibían grandes sueldos y regalos, dejando al resto apartados. Entrar a la universidad era entonces, en el pasado, prácticamente equivalente a un título nobiliario: como el Estado limitaba la cantidad de universitarios, éstos eran pocos y millonarios y el resto, meros espectadores del agasajo del Estado.
Esto hace preguntarse qué estará ocurriendo durante estos días en Chile, días en que el presidente de Codelco dice que en su empresa ya no hay «ni un puto peso» y al Estado, por excederse en sus gastos, le bajan su clasificación de riesgo: ¿qué estarán proponiendo para controlar el gasto los iluminados que abogan por educación gratuita en la Reforma Educacional? Justamente lo mismo que en el pasado: limitar la matrícula universitaria y, de esta manera, volver a perjudicar a los más necesitados.
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