Héroes y villanos: no nos olvidemos
Se cumplieron 5 años desde el fallido golpe de Estado al presidente Piñera. Cuando estamos ad portas de una elección, […]
Publicado en El Mercurio Valparaíso, 03.03.2023El crimen y la violencia siguen siendo el tema de mayor preocupación entre los chilenos. La encuestadora Ipsos, en su informe «Preocupaciones del mundo» publicado esta semana, así lo ha reflejado: el 64% de las menciones apuntan hacia estas dos realidades. Las razones están a la vista, no solo la cantidad de robos, homicidios y delitos han aumentado significativamente, sino que también el nivel de violencia de estos mismos.
Nuestra región, por supuesto, no está exenta. Es cosa de leer las páginas de su diario, revisar las estadísticas de Carabineros o la encuesta de calidad de vida realizada por la Fundación P!ensa para darse cuenta que la inseguridad, en percepción y realidad, es un problema de marca mayor en la región.
«Las democracias liberales han mostrado ser eficaces a la hora de combatir cualquier tipo de crimen, concentrando en sí instituciones legitimadas, fuertes y respetadas para lograr aquello».
Muchos, atraídos por su éxito frente a las Maras y la gran popularidad que tiene (un 92,7% votaría por él según una encuesta publicada por TResearch), han puesto sus ojos en Nayib Bukele – actual presidente de El Salvador – como un modelo a seguir para combatir el problema de la violencia y el crimen organizado, pero ¿es Bukele un ejemplo a seguir?
Para quienes creemos en las democracias liberales, no. Lo anterior, pues a pesar de que ha mostrado ser muy efectivo a la hora de combatir la delincuencia y el crimen organizado, también ha evidenciado una falta de compromiso con las instituciones de su país y los derechos humanos de sus ciudadanos. Así lo han demostrado distintas organizaciones internacionales vinculadas a la materia, como Human Rights Watch, quienes acusaron al Poder Ejecutivo de ese país de cometer violaciones generalizadas a los DDHH y de falta de garantías básicas.
El presidente salvadoreño ha vendido la idea de que existe una disyuntiva entre combatir la delincuencia y el crimen organizado, y ser respetuoso con las instituciones que nos hemos dado como sociedad. Además, ha situado a las personas como meros medios para alcanzar un fin, despojándolos de toda su dignidad. «Elijan: democracia o maras». Este es un falso dilema, pues las democracias liberales han mostrado ser eficaces a la hora de combatir cualquier tipo de crimen, concentrando en sí instituciones legitimadas, fuertes y respetadas para lograr aquello.
Bukele, entre impulsos autoritarios y un perfil populista, ha sabido sacar réditos gracias a un contexto de debilidad institucional democrática en su país. En Chile, la debilidad y degradación institucional – lamentablemente – la estamos observando, azuzada, incluso, por quienes hoy son gobierno. Esta situación ha llevado que la inseguridad y los populistas vayan in crescendo. Estos últimos, desgraciadamente, no dudarán en ocupar cualquier «medio» o «ejemplo» para alcanzar su fin: el poder. A poner atención, no todo vale.
Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan las de Fundación para el Progreso, ni las de su Directorio, Senior Fellows u otros miembros.
Se cumplieron 5 años desde el fallido golpe de Estado al presidente Piñera. Cuando estamos ad portas de una elección, […]
Publicado en El Mercurio Valparaíso, 03.03.2023Como ya viene siendo costumbre, la seguridad sea convertido en una prioridad de la ciudadanía y en una bandera ineludible […]
Publicado en El Mercurio Valparaíso, 03.03.2023La palabra «intenso» es de común uso en este tiempo. Es que es muy intenso, mejor que no venga; sí, […]
Publicado en El Mercurio Valparaíso, 03.03.2023«La libertad no se pierde por
quienes se esmeran en atacarla, sino por quienes
no son capaces de defenderla»