Parásitos mentales
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Publicado en El Mercurio, 09.07.2023La lucha entre el bien y el mal, entre la luz y la oscuridad, las fuerzas de la libertad contra las del caos, inspiro al conocido escritor chileno –perseverante apologista de las ideas libertarias y autor de numerosos libros– para incursionar en el género que le faltaba: la novela. Promete ser una trilogía en torno un orden que se ha visto amenazado por múltiples enemigos al acecho. El primer volumen ya está en librerías: El libro de Asgalard. La travesía de Valah. Una fantasía heroica, ambientada en un mundo de acción y aventura.
¿Pero qué llevo a Kaiser a ensayar por primera vez en el género novelístico, alejado de su quehacer habitual? «Fue un golpe repentino de inspiración muy extraño. De pronto, la historia comenzó a brotar en mi mente como si se descargara de una fuente distinta a la que inesperadamente tuve acceso. Comencé a soñar con ella y no podía dejar de pensarla. Así es que escribir esta novela fue más una necesidad que un proyecto planificado», afirma el escritor.
Usted es conocido como un intelectual que promueve activamente las ideas del pensamiento libertario clásico. ¿Este libro es uno que sigue esa misma vocación que busca promover las ideas de la libertad individual?
Sin duda, esta novela promueve las ideas de la libertad individual, pero en una dimensión mucho más profunda y espiritual que lo que permiten los libros de corte académico, Aquí se presenta una gran narrativa sobre la lucha del bien contra el mal, del florecimiento humano contra el poder que busca sofocarlo para nutrirse de la corrosión que produce. Y añade otros niveles de relato, pues la idea de libertad es inseparable de las ideas de amor, belleza, verdad, y especialmente de la fe en algo superior a la pura materia, Sin todo ello la libertad desaparece.
«Tal vez mi experiencia en Chile combatiendo a personas con vocación totalitaria en política se ha plasmado de alguna forma en la novela».
Usted afirma que el imaginario de la obra de J. R. R. Tolkien contribuyó decisivamente a configurar su cosmovisión en este libro. ¿Cuáles son los atributos morales y narrativos que usted valora en la obra del autor inglés y que busca incorporar en su libro?
Más que cualquier otro, Tolkien ofrece una visión arquetípica de las ideas del bien y del mal y de los trascendentales que acompañan el conflicto entre ambos. Además, presenta una estética que es parte de la sustancia misma de las categorías anteriores.
Por ejemplo, en Tolkien el bien y la belleza se encuentran esencialmente vinculados al igual que el mal y la fealdad. Esa antigua lección es una que hoy ha sido masacrada por el hacha de una subjetividad tan peligrosa como ramplona, cuyo resultado es la extinción de toda jerarquía y, finalmente, el caos. Contra eso se rebela El libro de Asgalard.
Tolkien era profundamente católico. Aunque su saga El señor de los anillos no es católica, su contenido tiene un profundo sentido alegórico y religioso. ¿Usted sigue ese patrón en la historia de Asgalard?
Nunca fue mi intención hacerlo, especialmente como agnóstico. Sin embargo, no puedo desconocer que un católico podría sentirse muy identificado con mi novela, aunque supongo que lo mismo ocurriría a cualquier cristiano. Yo simplemente dejé que fluyera la historia y el resultado fue que, efectivamente, se encuentran plasmados valores fundamentales que, yo diría, son propios de la naturaleza humana, más que católicos.
Más que personajes reales, usted trabaja la batalla entre la luz y la oscuridad, con figuras arquetípicas, alegóricas. ¿Por que eligió este recurso?
Es curioso lo que voy a contestar, pero va en línea con mis respuestas anteriores. Yo no elegia los personajes ni las formas alegóricas. La verdad es que se eligieron a si mismos, simplemente emergieron en la medida en que escribía. De algún modo entramos en lo que Stefan Zweig llamo «el misterio de la creación artística», que no puede ser totalmente desentrañado.
A pesar de su niñez y juventud vividas en el seno de una familia chileno-alemana en el sur de Chile, este libro bebe de una tradición espiritual y literaria ligada a la tradición del romanticismo alemán. Pese a ello, ¿sugiere la historia narrada aquí algún vinculo con el mundo de la cultura chilena o latinoamericana?
Creo que la novela no tiene relación con nuestra cultura y es enteramente de tipo germánica o nórdica. Tal vez mi experiencia en Chile combatiendo a personas con vocación totalitaria en política se ha plasmado de alguna forma en la novela. Ahora bien, sin duda, la naturaleza virgen de Chile que experimenté de niño jugó un rol decisivo en la historia.
¿La historia de Asgalard está pensada como una saga?
Está pensada como una trilogía, por lo que eventualmente vendrán nuevas partes. Y, quién sabe, si me va muy bien a nivel internacional, tal vez dejo todo lo demás y me dedico a ser novelista. Por ahora es solo un sueño pero un espíritu sano siempre debe soñar con algo.
Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan las de Fundación para el Progreso, ni las de su Directorio, Senior Fellows u otros miembros.
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