La oposición, que padeció la enfermedad crónica de la acusación constitucional, vio un severo revés en ella al ser rechazado el libelo contra el intendente Guevara. Se trata de un autogol de la izquierda chilena y que, nuevamente, ocupó el escaso tiempo legislativo en una disputa de diferencias políticas que en la agenda social. Un obstruccionismo legislativo que trancó la pelota de avanzar en salud, pensiones o educación. A su vez, implica un abuso indiscriminado de una herramienta que debiese ser la última ratio para resolver discrepancias políticas.
Con todo, esto demuestra una cuestión. Parte del PS, PPD, DC no están dispuestos a bailar la música que coloca el Frente Amplio en la Cámara de Diputados. Las pataletas de la Cámara baja tienen que terminar, y por una buena vez, focalizar sus esfuerzos en materias relevantes para la población.
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