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Anticapitalismo y Estado benefactor Publicado en El Mercurio, 24.11.2020

Anticapitalismo y Estado benefactor

imagen autor Autor: Axel Kaiser

Señor Director:

En este intercambio con Guillermo Larraín ha quedado claro: 1. Que el capitalismo, con la creación de riqueza que permite, es la condición necesaria para cualquier redistribución posterior de manos de un 'Estado benefactor' y no al revés. 2. Que el 'Estado benefactor' no es, por lo tanto, imprescindible para mejorar la calidad de vida de la población, como ilustra el caso sueco. 3. Que Mises no solo se oponía al socialismo marxista y nacionalista, sino también al 'Estado benefactor' por ser una proyección del absolutismo.

¿Por qué se desarrollan los estados benefactores? En Alemania, explicó Mises, el auge aplastante del antiliberalismo en las esferas intelectuales llevó a que Bismarck lo inventara para afianzar el poder estatal sobre los ciudadanos. Como el resto de Occidente, Estados Unidos importó ideas de Alemania creando así estructuras de 'bienestar', según muestra, entre otros, el libro 'American Progressivism' de 2008.

En Chile, el gasto real social por persona se ha multiplicado 500% desde 1990 —creciendo a un ritmo 50% mayor que el ingreso per cápita—, tenemos un millón de funcionarios estatales y deuda récord, pero sectores ideológicamente sesgados siguen insistiendo en que falta más Estado y redistribución. Como advertían Mises y Erhard, este camino ha conducido a un Estado capturado por grupos de interés y a parálisis productiva.

Europa (UE) lleva décadas sin crecimiento económico relevante y su deuda pública implícita alcanzó el 434% del PIB en 2009. En EE.UU. la deuda implícita por 'derechos sociales' supera el 1.000% del PIB. Así y todo, gracias a la capacidad productiva de su sector privado y a tasas de interés artificialmente bajas, estos países pueden darse el lujo de seguir financiando alto gasto estatal. Pero es una falacia suponer, como hace Larraín, que si Suecia o Alemania —o EE.UU.— redujeran a un 15% del PIB el tamaño de sus estados, estarían peor, pues todo indica que sería al revés. Lo que no es una falacia es afirmar que cuando nuestra mentalidad anticapitalista nos lleve a tener un Estado de 40% del PIB, Chile se parecerá más a Argentina que a Suecia o Alemania.

Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan las de Fundación para el Progreso, ni las de su Directorio, Senior Fellows u otros miembros.

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