Inicio » Columnas » Una revolución con más vino tinto que empanadas
Una revolución con más vino tinto que empanadas Publicada en El Mercurio, 16.09.2023

Una revolución con más vino tinto que empanadas

La salmonicultura enfrentando problemas medioambientales y de seguridad. La minería, un royalty que la deja fuera de competencia. La salud, un galimatías regulatorio/jurídico que la tiene en el peor de los mundos: empeoró sus servicios y destruyó su financiamiento. La construcción con problemas de permisología e incerteza jurídica que la ha visto enfrentar quiebras de constructoras emblemáticas y caída en la inversión como no se veía desde la crisis del 82. La agricultura con problemas derivados del cambio climático (inundaciones y sequías) y de la violencia en la Araucanía. La industria forestal acosada por precios internacionales deprimidos y por incendios locales, y un lío con el terrorismo narco/mapuche que ni siquiera los temidos «agentes de diálogo» pueden terminar. El mercado de capitales languideciendo sin aperturas bursátiles, con poco movimiento y con su motor, las AFPs, en el purgatorio. El retail con ventas deprimidas y amenazado por el comercio electrónico y la recesión en los hogares. La educación sufriendo los efectos advertidos y previsibles derivados de las reformas de Bachelet II: disminución de la calidad, la inversión, la competencia y el financiamiento (y no me voy a referir a la quebrada e innecesaria Universidad de Aysén). Y todo Chile enfrentando inseguridad, cesantía y aumento de la pobreza.

Mientras tanto, en el sector público se vive otra realidad: reajuste del 12% a los empleados públicos; 90 mil nuevos funcionarios, sueldos generosos, licencias médicas a destajo; empleos garantizados por un estatuto administrativo que hace imposible despedir ni siquiera a corruptos e incompetentes y ahora presionando para que los funcionarios públicos además tengan derecho a huelga (registro civil, hospitales, etc…).

¿Y el gobierno? Dedicado a celebrar la secuela de la revolución de Allende con empanadas y vino tinto. Pero en esta versión parece que le lleva más vino tinto que empanadas. Con visitas extranjeras de primer nivel, el ex terrorista Petro y el juez Garzón condenado por prevaricación. Como recomendaba Menem de ese tipo de invitados, ojalá hayan contado los cubiertos después de la comida. A eso se le agrega un presidente adolescente participando en manifestaciones que terminan vandalizando las tumbas de Jaime Guzmán y del ex Presidente Ibáñez además de la propia casa de gobierno.

«¿Y el gobierno? Dedicado a celebrar la secuela de la revolución de Allende con empanadas y vino tinto. Pero en esta versión parece que le lleva más vino tinto que empanadas».

Pero no hay de qué preocuparse, la otra parte más madura y responsable del gobierno está dedicada a resolver los problemas de los chilenos de a pie. En materia de seguridad crearon la intimidante figura de los «agentes de diálogo» que, premunidos de escopetas lanza pétalos, se enfrentarán a los pirómanos y saqueadores que se manifiestan en solidaridad con Allende. Tuvo suerte el canciller Van Klaveren que iba con una policía de verdad de copiloto y no con un «agente de diálogo». Y para reactivar la economía nada como una buena alza de impuestos para pagar gastos de fundaciones truchas y 418 pensiones vitalicias a los manifestantes del estallido entre los cuales hay 40 con prontuario y una reducción de la jornada laboral.

En materia minera, una idea genial: hacer una empresa nacional del litio que esperemos no termine como el fiasco de los balones rosados. Nos va a pasar lo de siempre con el estado llegará tarde, caro y mal: la empresa va a partir cuando el boom del litio haya pasadocomo ocurrió con el carbón.

Estamos gobernados por la generación de los videojuegos. Ellos creen que la vida es como esos juegos: se avanzan etapas y se pueden equivocar todo lo que quieran porque nunca se retrocede. Se pierde, se resetea y se vuelve a empezar desde donde quedó. Están errados. La vida real no es así, los países se estancan, decaen y se empobrecen. Pregúntenles a los egipcios que llevan 5 mil años en decadencia o a los chinos que entre el siglo XV y 1978 pasaron de locomotora del mundo a vagón de cola. Y qué decir de Cuba que el año 1970 tenía la misma riqueza por persona que Chile y hoy tiene un tercio. Las malas políticas impulsadas por la izquierda hace 10 años estancaron Chile y nos seguirán perjudicando si no empezamos a revisarlas, a votar mejor y a elegir personas con alguna experiencia vital que los asemeje a adultos responsables.

Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan las de Fundación para el Progreso, ni las de su Directorio, Senior Fellows u otros miembros.

ÚLTIMAS OPINIONES

¿Chile se moderó?

Confieso que los analistas políticos que abusan del término «moderación» me aburren soberanamente. En sus discursos, «moderación» es una palabra […]

Publicada en El Mercurio, 16.09.2023
¿Chile se moderó?

Necesaria humillación

Señor Director:La humillante derrota de la izquierda norteamericana —y global— en las recientes elecciones en Estados Unidos le ofrece la […]

Publicada en El Mercurio, 16.09.2023
Necesaria humillación

Y ahora la pesca, de ricos y pobres

Estos gobernantes están desprestigiando a nuestra generación. Tener 35 o 40 años no es poca vida. No puede ser que […]

Publicada en El Mercurio, 16.09.2023
Y ahora la pesca, de ricos y pobres

VIDEO DESTACADO

«El progreso es imposible sin cambio, y aquellos
que no pueden cambiar sus mentes,
no pueden cambiar nada»

Súmate a la FPP

¡ Chatea con nosotros !