Tras el apabullante triunfo del Apruebo es comprensible la preocupación y sensación de desesperanza que siente la derecha tradicional. La consternación no debe cegar al sector, pues éste es recién el comienzo, pero jamás se ha de perder la noción del tiempo.
El rechazo significaba cambios con holgura, el apruebo requiere medidas a contrarreloj: Renovación en el discurso y en el lenguaje; candidatos con aptitudes contingentes y antecedentes convincentes; dejar de creer que existe tal cuestión de una "mayoría silenciosa" y comprender que el grupo mayoritario actualmente, son los cientos de miles de chilenos que han dejado de creer en la política.
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