El costo de gobernar sin principios es, entonces, no solo social y económico, sino político, porque se atribuye a las ideas del liberalismo y sus supuestos exponentes el mal que en realidad ha sido causado por un exceso de intervencionismo estatal que esos mismos 'liberales' no hicieron nada serio por remediar.
Leer más«El progreso no es una bendición ininterrumpida.
A menudo viene con sacrificios y luchas»