Un impuesto global de esta naturaleza —contrario a su espíritu inicial— estaría llamado a beneficiar a las potencias mundiales de las cuales escapan las inversiones y perjudicaría a los países emergentes que soberanamente quieran apostar por una economía más abierta y atractiva a los emprendedores.
Leer más«El progreso es imposible sin cambio, y aquellos
que no pueden cambiar sus mentes,
no pueden cambiar nada»