Parlamentarismo a la chilena
Desde el inicio de la crisis política hasta nuestros días, hemos comenzado a experimentar un parlamentarismo a la chilena. El poder se ha trasladado simbólicamente desde La Moneda a calle Pedro Montt s/n en Valparaíso. Ha sido el Congreso Nacional el que ha marcado la pauta. El acuerdo por la nueva Constitución y la paz (aunque de esto último tenga bastante poco avance), las acusaciones constitucionales contra el ex ministro del interior Andrés Chadwick y el presidente Piñera, son muestra de ello.
Parece ser que, de un tiempo a esta parte, los flashes, micrófonos y carpetas importantes se han radicado en nuestros congresistas. Ante un liderazgo presidencial inocuo, insípido, impredecible, equívoco y dudoso, han sido los presidentes de los conglomerados del oficialismo los que han tomado la batuta e intentado sacar a flote el barco. Dos de ellos parlamentarios.
“En abril, de resultar vencedora la opción apruebo, es muy probable que la institución de la Presidencia de la República, tal como se encuentra diseñada hoy, tenga presumiblemente los días contados”.
También han sido sus nuevos ministros que, con un aire fresco, dialogante e innovador, sortearon con éxito el paupérrimo espectáculo de la oposición en una semana de interpelaciones. En abril, de resultar vencedora la opción apruebo, es muy probable que la institución de la Presidencia de la República, tal como se encuentra diseñada hoy, tenga presumiblemente los días contados.