Doble estándar
Cada cierto tiempo el doble estándar resurge en este país. En nuestros días, ha vuelto a tomar parte de la agenda debido a la presión ejercida por gremios de camioneros al ejecutivo -que, de no acceder a sus demandas por orden público y seguridad, iniciarán un paro nacional-. Resulta ilustrativo del doble estándar, que ante amenazas y ultimátum corno estos, la izquierda salga a rasgar vestiduras de que es inaceptable que la democracia se encuentre amordazada por grupos de interés.
¿No es acaso el mismo fenómeno replicado en los paros del Colegio de Profesores, CUT, ANEF, Confusam? ¿No ocurrió una amenaza semejante a la deliberación democrática con los estallidos 2.0 ante el retiro de 10%? ¿Acaso el senador Lagos Weber no fue testigo en carne propia de este tipo de prácticas al promover una indicación tributaria en el “debate” del 10%? Ocurre que a la izquierda no le interesa que la democracia y el Estado de Derecho se encuentren amenazados por presiones de grupos de interés, finas o paros nacionales. Lo que le repugna, es que éstas mismas prácticas nocivas sean utilizadas en causas que ellos no comparten. Allí radica, entonces, su patético doble estándar.