Coliseo
El coliseo chileno está hambriento. Las masas gritan y por medio de sus trending topic y poderosísimos hashtags claman por espectáculo. Algunos patricios se disfrazan de plebeyos para sentirse menos culpable de sus privilegios. La emperatriz Jiles no logra saciar su infinito apetito. Una cabeza, dos cabezas, ¡tres cabezas!, todas rodando por el piso. “¡Quiero más!”, exclama la auto promulgada “voz del pueblo”. Algunos para salvarse de la muerte, miran al público y les ruegan por sus misericordiosos likes. Solo así podrán estar presentes en el penoso espectáculo del día siguiente.