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Chile: del estrellato a la enfermería El Mercurio

Chile: del estrellato a la enfermería

Perú y Bolivia saben que lanzar una andanada de críticas contra Chile tiene costo cero, pues nadie saldrá a darles una parada de carro a lo Merkel. En su lugar, Santiago reacciona lamiéndose las heridas y confiando en que las aguas vuelvan a aquietarse.

Acabo de participar, en Madrid, en el VIII Foro Atlántico de la liberal Fundación Internacional para la Libertad, que abordó los desafíos de América Latina y España, donde campean el populismo, el estancamiento económico y las turbulencias políticas. El encuentro, celebrado en Casa de América, giró en torno a cuatro países que hoy despiertan particular preocupación: la Venezuela de Nicolás Maduro, la Cuba de los hermanos Castro, la España de las vicisitudes políticas y económicas y, aunque hiera nuestro orgullo, Chile.

Reconozco que no fue del todo cómodo participar en esa sección. Si hasta hace poco el país era parte de la solución de los problemas regionales, hoy forma parte del problema. Desde el regreso a la democracia, Chile se acostumbró a figurar entre los países con un presente alentador y un futuro promisorio. Su performance despertaba respeto y envidia. Las instituciones internacionales celebraban nuestros índices, la inversión extranjera fluía generosa, y el PIB aumentaba sin cesar. Los chilenos comenzamos a viajar al exterior y a mostrar una soberbia que nos convirtió en vecinos desagradables. El Pangloss concertacionista decía además que estábamos en el mejor de los mundos posibles.

A menudo nuestros embajadores y ministros eran invitados a disertar sobre "los secretos de la receta" del éxito. Nuestros presidentes -incluida la actual Mandataria en su primer período- celebraban durante sus giras los logros de Chile y su política de consensos, y agradecían con entusiasmo los aplausos. El "jaguar" se acostumbró entonces a ser visto como el primer país latinoamericano que alcanzaría el desarrollo. Ahora debemos acostumbrarnos a otra cosa: Chile ya no es el que fue, y esto es un secreto a voces. Las reformas del gobierno de Michelle Bachelet tienen gran responsabilidad en esta involución.

Por todo ello, en Casa América me resultó doloroso ver a Chile integrando un "grupo problemático" junto a la destartalada Cuba que flirtea con Washington, la Venezuela de la inflación y la represión, y la España zarandeada por la economía y la crisis política.

Mario Vargas Llosa ha seguido con admiración el avance de Chile en los últimos decenios. En Madrid afirmó que se cuenta entre quienes observan al país con inquietud y sorpresa y tratan de entender qué ocurrió, por qué abandonó la senda que le deparó tanto éxito. Para el ex parlamentario liberal sueco Mauricio Rojas, los cambios pueden alejar a Chile del orden liberal. A su juicio, el reto hoy para los liberales es "ser críticos del orden imperante y hacer liberal el cambio", de lo contrario otros guiarán al país hacia el populismo y la "democracia antiliberal".

Durante el foro, Lilian Tintori y Mitzi Capriles, esposas de connotados presos políticos venezolanos, denunciaron la violación de derechos humanos en su país, y el impacto de la violencia y el caos económico bajo Maduro. Expertos españoles, por su parte, hablaron del peligro de que, en el marco de la incertidumbre económica y la crisis de credibilidad política, España desemboque en un gobierno populista.

No hay duda: La percepción sobre Chile cambió, y para mal. Por eso arrecian las críticas de Perú y Bolivia. Lima y La Paz saben que lanzar una andanada de críticas contra Chile tiene costo cero, pues nadie saldrá a darles una parada de carro a lo Merkel. En su lugar, Santiago reacciona lamiéndose las heridas y confiando en que las aguas vuelvan a aquietarse. El cambio también lo perciben los inversionistas extranjeros. Durante las giras se ve a la Presidenta tratando de explicar la situación interna y de calmar las inquietudes.

La pérdida de liderazgo de Chile, la falta de conducción interna, la desaceleración económica, la crisis de credibilidad y la polarización política nos están convirtiendo en un país "más" de América Latina. Estamos perdiendo a diario la destacada posición internacional que nos costó años y sacrificios alcanzar. El Foro Atlántico puso en evidencia una realidad lamentable: Chile pasó del estrellato al banquillo de quienes aguardan pasar a la enfermería.

Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan las de Fundación para el Progreso, ni las de su Directorio, Senior Fellows u otros miembros.

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A menudo viene con sacrificios y luchas.»

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