Nueva inquisición
Señor Director: La música urbana puede gustarnos o no. El personaje de Carlos Pailacheo, ‘Pailita’,…
Señor Director: La música urbana puede gustarnos o no. El personaje de Carlos Pailacheo, ‘Pailita’,…
Señor Director: El lector Eugenio Rivera acusa de «simplista» a Isaiah Berlin, quien utiliza la…
En 1996, el físico neoyorkino, Alan Sokal, envió un artículo a la revista Social Text,…
El 78% de los chilenos votó por un proceso que tenía un inicio y un fin, no por cambiar una Constitución a toda costa. Votamos para hacer realidad la famosa frase ‘sentarse a conversar y ver qué sale’.
Escribir derechos sociales no garantiza nada. La correlación entre constituciones con muchos derechos sociales como las de Nicaragua, Venezuela o Angola con pobreza extrema es lo que debiera preocuparnos.
Basta alguna de ellas (normas) entonces para que cualquier persona con un mínimo de sensibilidad naturalista tenga los suficientes fundamentos, lógica y responsablemente analizados, para rechazar esa propuesta constitucional.
Hoy se vota, en el pleno de la Convención Constitucional, la propuesta de norma que regula el derecho de propiedad.
El efecto es poco o nada… las cuarentenas durante la fase inicial de la pandemia de covid-19 han tenido efectos devastadores.
El gabinete moderado de Gabriel Boric podría ser la mano del mago que distrae mientras la Convención es la mano que hace el truco que nos lleve hacia un régimen autoritario.
Además, hay muchas ideas de Aristóteles, Platón, Locke, Darwin, Stuart Mill o el Chuña que, además de erradas, a nadie le tienen por qué importar y menos abrazar.
Ignoro la preponderancia del señor Salas en la política exterior chilena. Pero si las críticas que se le formulan —calificadas como ‘lindezas’— son querer cerrar embajadas y retirar la firma del Acuerdo de Escazú, no debiéramos más que celebrar sus ideas.
En todo caso, si defender la primacía de un individuo (una víctima de una violación o la humanidad de un militante) por sobre un supuesto “bien mayor” del colectivo (una Iglesia o un partido político), diría que sí, que soy un “individualista”.
Jorge Peña, en su respuesta a Adriana Valdés, dice estar en profundo desacuerdo con ella respecto de esa idea de que lo antiguo ya no se sostiene en política; y menos si se buscan votos.
El premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, junto a otros economistas socialistas, han expresado su apoyo al candidato Gabriel Boric.
En el debate le preguntaron a Boric si los fondos ahorrados por una persona que había impuesto toda su vida y moría a los 64 años —uno antes de jubilar— los heredaban sus hijos
Pablo Aguayo responde a mi carta criticando a Hayek por defender la idea de una democracia limitada.
Pablo Aguayo, quien firma como doctor en Ética y Democracia, dice en su diario que los liberales en Chile no son tales porque defenderían ‘doctrinas que establecen una sola forma de vida buena’.
Las ideas de Boric sobre la sociedad civil, la libertad de prensa y la libertad individual son claras en su historial como congresista y en su programa de gobierno propuesto.
Daniel Matamala, en su última columna, se refiere a un intercambio que tuve con Mario Vargas Llosa, poniendo al Nobel como canon de cómo debieran pensar los liberales.
Andar culpando de cualquier cosa a “los ricos”, “los inmigrantes” o “la sociedad” solo difumina causas y responsabilidades, y ha sido históricamente una de las principales técnicas retóricas de quienes, a través de sus mitos y relatos, han destruido sociedades.