Tras el apabullante triunfo del Apruebo es comprensible la preocupación y sensación de desesperanza que siente la derecha tradicional.
Identificar las similitudes entre las manifestaciones estadounidenses y el estallido social chileno es fácil, casi un deja vú. Sin embargo, destaca una diferencia que deja en evidencia la clase política que tenemos en el país.
Desde el 18 de octubre, los partidos de la ex Concertación han adoptado un mantra frente al gobierno: cualquier cosa que propongan es insuficiente, mala, improvisada, entre otros, porque el Gobierno no tiene legitimidad ante el pueblo chileno, y ellos, cegados por la ambición, se han proclamado defensores de la voluntad de la ciudadanía, siendo que sólo un 10% aprueba su actuar durante la pandemia.
Tenemos diputados que continúan utilizando espacios que configuran el futuro de nuestra nación para realizar campañas irresponsables e inverosímiles, con sueldos y asignaciones pagados con nuestros impuestos.
Martín Altamirano, FPP Valdivia: "El alarmismo por ser el mayor país de Latinoamérica con más contagiados por COVID-19 en relación a su cantidad de habitantes es comprensible, el problema yace en las comparaciones con nuestro país vecino Argentina, que posee la increíble cifra de tan sólo 266 casos confirmados".
«La libertad no se pierde por
quienes se esmeran en atacarla, sino por quienes
no son capaces de defenderla»