La excusa perfecta
Cuando Gabriel Boric apoyó la candidatura presidencial de Nicolás Maduro en 2013 a través de…
Investigador Senior de la Fundación para el Progreso. Sus áreas de interés son Teoría y Pensamiento Político, Teoría de la Justicia y de la Democracia, Filosofía del Derecho e Historia de las Ideas. Actualmente investiga acerca del desarrollo de la cooperación social desde la perspectiva evolutiva. Ha sido profesor en diversas universidades como Universidad Tecnológica Metropolitana, Universidad de Chile, Adolfo Ibáñez y Autónoma de Chile. Es Periodista de la Universidad Santo Tomás y Magíster en Ciencia Política de la Universidad de Chile.
Cuando Gabriel Boric apoyó la candidatura presidencial de Nicolás Maduro en 2013 a través de…
Al final del día todos parecen idolatrar a asesinos víctimas de asesinos. A verdugos y…
Que José Antonio Kast acuse de dictadura liberal al orden democrático chileno actual, no es solo una torcedura brutal e irresponsable de los conceptos sino que además es un claro alineamiento discursivo con aquellos que hace tiempo buscan acribillar los principios democráticos y económicos liberales.
La visita, hasta hace poco secreta, del diputado del Frente Amplio a Ricardo Palma Salamanca, responde claramente a este infantilismo estético de la nueva izquierda chilena que prometía nuevas formas de hacer política, que sin embargo muestra una visión brutalmente frívola frente a la violencia política bajo la excusa de entender cada proceso.
A los demócratas de ocasión la voluntad popular les parece razonable y adecuada solo cuando los electores apoyan a sus caudillos.
Lo que se olvida con frecuencia es que la democracia es un régimen frágil, porque está expuesto de manera abierta no solo a la multiplicidad de opiniones de los ciudadanos, sino a sus diversas pasiones.
Chile perdió su carácter democrático mediante una fractura que se fue incubando paulatinamente cuando se asumió, erróneamente, que su democracia debía ser superada bajo proyectos globales totalizantes.
Si hay una lección que debemos asumir, es que la defensa y promoción de los DD.HH. no tiene que ver con proyectos políticos específicos ni con fines ideológicos o sociales específicos sino con el resguardo de los derechos individuales de las personas.
Actualmente se tacha de neoliberal cualquier postura que ponga en duda o rechace los afanes colectivistas, estatistas e intolerantes que predominan en el debate público.
En el caso chileno, el migrante parece ser la nueva justificación para acrecentar el asistencialismo gubernamental.
Mucho se habla de cambiar las formas de hacer política, de renovarla, de hacerla más comprometida y sin embargo, a nivel subterráneo, se mantienen prácticas reñidas no solo con la probidad y transparencia sino también con la responsabilidad política en sus formas éticas.
Baradit está siendo víctima de su propia doble moral, que es la misma que reina en las redes sociales y predomina en los policías del pensamiento virtual.
La mejor reforma al ámbito notarial para generar una amplia oferta con precios adecuados para los ciudadanos surgirá de la liberalización del mercado de notarios.
La prevalencia del prejuicio y la necesidad de odiar algo es tal en los tiempos actuales, que las personas pierden la perspectiva frente a su propia realidad y con respecto a los otros.
Es más fácil culpar de la escasez y la hambruna aun supuesto complot internacional, antes que analizar los efectos que tienen las medidas económicas nefastas tomadas por parte de un gobierno.
En nuestro país han ido permeando los criterios colectivistas que terminan por derrumbar los cimientos que sustentan a la democracia que tanto costó recuperar.
La solidaridad democrática de la izquierda latinoamericana no es con la democracia y sus instituciones, sino con la corruptela de sus líderes.
Lo cierto es que en la izquierda se confrontan dos visiones con respecto a la política democrática actual. Una está marcada por la mera ética de convicción, cuyo maximalismo es notorio cada cierto tiempo, que además concibe la política como una suma cero donde hay amigos y enemigos, lo que se ve reflejado en su clara visión instrumental de la democracia y sus instituciones más básicas como un simple obstáculo para sus concepciones radicales e incluso violentas e irreflexivas. La otra parte podría conformarse como un adversario razonable y esencialmente responsable, que entiende que la política es un espacio de antagonismos que nunca desaparecen pero que deben ser manejados dentro de los marcos democráticos fundados en una ética argumentativa.
El punto central de la crítica a la agresión contra Kast está en que el espacio público, entendido en su complejidad simbólica y pluralista, no debería estar permeado por la violencia.