Presidencialismo
A propósito de la columna de Gonzalo Valdés, sería bueno aclarar que Chile jamás ha tenido un sistema parlamentario en sentido estricto, donde el gobierno es establecido exclusivamente por el voto parlamentario.
Investigador Senior de la Fundación para el Progreso. Sus áreas de interés son Teoría y Pensamiento Político, Teoría de la Justicia y de la Democracia, Filosofía del Derecho e Historia de las Ideas. Actualmente investiga acerca del desarrollo de la cooperación social desde la perspectiva evolutiva. Ha sido profesor en diversas universidades como Universidad Tecnológica Metropolitana, Universidad de Chile, Adolfo Ibáñez y Autónoma de Chile. Es Periodista de la Universidad Santo Tomás y Magíster en Ciencia Política de la Universidad de Chile.
A propósito de la columna de Gonzalo Valdés, sería bueno aclarar que Chile jamás ha tenido un sistema parlamentario en sentido estricto, donde el gobierno es establecido exclusivamente por el voto parlamentario.
La metáfora de la política como un juego de ajedrez ya no aplica en el caso de Chile.
Uno de los discursos bajo los cuales se promovió el cambio constitucional refiere a la idea de tener una Carta escrita por la gente y no solo por los partidos políticos.
La discusión constitucional ya se inició. No cabe duda. Quizás uno de los problemas de fondo tendrá relación con la concepción que exis- te respecto a lo que implica un proceso de tal magnitud.
Quizás uno de los problemas de fondo de la discusión constitucional tendrá relación con la concepción respecto de qué implica un proceso de tal magnitud.
Un chileno o chilena independiente, sin recursos para hacer campaña y además desconocidos, pero que quieran estar en la Convención Constituyente deberán sortear varias barreras.
Una reflexión que quizás ha faltado desde octubre de 2019 tiene relación con el rol de los partidos políticos.
Los exorcismos eran rituales muy populares en la Edad Media, avocados a expulsar supuestos malos espíritus del cuerpo de incautos poseídos.
Producto de nuestra propia historia, se tiende a asociar la violación a los DD. HH con regímenes dictatoriales.
La polémica en torno al último informe de DD. HH respecto a Venezuela es engañosa.
De la boca para afuera los partidos políticos dicen que la Constitución será escrita y definida por la gente.
Probablemente muchos presumen o idealizan el proceso constituyente como una gran reunión donde las personas se reunirán y discutirán de forma elevada.
Ad portas al plebiscito existen ciertas perspectivas respecto al proceso que parecen tender a moralizarlo de forma maniquea.
A propósito de lo ocurrido en Curacautín, desde Santiago se ha intentado mostrar la situación como un conflicto racial. Falso.
iene razón el rector Carlos Peña al plantear que la semilla de lo que ocurre hoy en la UDI está en el cosismo impulsado por una de sus figuras más emblemáticas, Joaquín Lavín.
si las leyes no son conocidas ni comprendidas por los ciudadanos que presumen que su capricho es sinónimo de derechos, y además son distorsionadas sus funciones por los representantes que creen que su voluntad origina el derecho, también las normas jurídicas quedan despojadas de autoridad.
Ahora el Covid les asestó el tiro de gracia y ha mostrado los efectos que tiene paralizar una economía o dejarla en estado de coma.
No se saca nada con discutir la rebaja de la dieta parlamentaria sin abordar el problema de las asignaciones y su correcta utilización.
Un pacto civil no puede surgir de las bajas pasiones. Pero tampoco surgirá del simple temor al COVID. Se debe recuperar la autoridad del Derecho y eso toma tiempo.
Jorge Gómez, Investigador Senior FPP: “En estos días complejos donde el COVID-19 arrecia, hemos visto una serie de ejemplos de desmesura por parte de personas que incurren en acciones irresponsables, desconsideradas e indisciplinadas”.