Chile quiere más rodeo y menos cogoteo
El FA y la izquierda radical tienen un problema. Llegaron con un aire de frescura y novedad. Jóvenes “idealistas” que venían a cambiar la política para volverla a poner al servicio de la gente.
Presidente del Consejo Directivo de la Fundación para el Progreso. Ex ministro de Educación. Abogado de la Universidad de Chile. Consejero del Círculo Legal de ICARE y Officer del Power Committee de la International Bar Association. Ha sido reconocido por la publicación internacional Best Lawyers como el mejor abogado del año 2012 tanto en el área corporativa como fusiones y adquisiciones.
El FA y la izquierda radical tienen un problema. Llegaron con un aire de frescura y novedad. Jóvenes “idealistas” que venían a cambiar la política para volverla a poner al servicio de la gente.
Validando las encuestas previas, han pasado a segunda vuelta los candidatos Kast y Boric. Suman algo más del 53% de los votos. La lucha por el 47% restante será enconada. Para ganar, los dos tendrán que alejarse de la élite, acercarse a la gente y moverse al centro.
El domingo 21 habrá elecciones. Nunca ha sido más fácil el voto porque ahora las definiciones no se dan sobre sutilezas de políticas públicas sino que en torno a los principios que separan la civilización de la barbarie.
Soñábamos con una Convención Constituyente de juristas y ciudadanos de excepción, pero de esos elegimos pocos. En cambio impostores, diletantes y charlatanes elegimos varios. Nos faltará vida para arrepentirnos de ese error. Ojalá no lo repitamos con la presidencia.
La novela de Dickens “Historia de dos ciudades” (libro que descubrí de niño en la biblioteca de mi abuelo), transcurre entre la pacífica vida en la reformista Londres y la violenta vida en la revolucionaria Paris.
He seguido las propuestas de Gabriel Boric y vi a Nicolás Grau, su jefe programático, en el CEP. Es admirable el desenfado y elocuencia con que expresan malas ideas.
He estado en contra de los tres retiros y por supuesto retiré el primero. Evité que me lo robe la política, lo ahorré (pero si se vienen los impuestos al patrimonio lo gastaré)
Para el comunismo hay una verdad, un partido y un camino para lograrla. Por eso los que cambian de opinión son traidores.
Las democracias tampoco se libran de los mentirosos. La gracia, sin embargo, es que en ellas existe prensa libre que investiga, indaga y revela.
Se cumplieron 10 años desde el accidente de Juan Fernández. Ahí murió un grupo variopinto de chilenos con distintos apellidos: Camiroaga, Correa, Fernández, Arnolds…
La gente olvida o desconoce que la propiedad no es el privilegio de unos pocos sino que la piedra sobre la que se edifica la libertad de todos.
Cuando niño me preguntaba por qué en Chile éramos tan pobres si teníamos más superficie que Francia y más recursos naturales que Alemania. Fui a Argentina el año 1978 y me pareció estar en otra galaxia. Ahora, cuando voy parece detenida en el tiempo. ¿Qué pasa que hay países que avanzan y otros que retroceden?
Qué buena frase la de Boric, de que “no le teman a la juventud”. He conocido mucha gente joven de inteligencia superior, pero no he conocido al que le daría la Presidencia de la República a los 35 años.
La derecha tiene un ideario simple. Se llama creer en las personas, en su responsabilidad, propiedad y libertad y desconfiar del poder: del Estado, del partido o del líder.
Es importante que frente a cada regla los convencionales se pregunten: ¿Esto me favorece a mí o favorece el poder de la política? Si favorece el poder de la política sobre sus vidas, propiedad y libertad, pregúntense si es eso lo que quieren.
“Esta izquierda tan arrogante como ignorante proviene de la elite académica, política y de ONG’s”
Chile está cansado de esforzarse y cree que lo merece todo y gratis. Nos hemos acostumbrado tanto a una economía libre, con promociones de todo tipo, que ya no reconocemos una oferta seria de una chanta, confundimos al casanova lujurioso con el pretendiente honesto.
Los tratados internacionales limitan nuestra soberanía nacional a cambio de ampliar nuestros derechos internacionales. Violarlos impunemente debe ser perseguido pecuniariamente por el CDE, cuya misión primordial es proteger el patrimonio fiscal.
Voté Rechazo, porque siempre he creído en la institucionalidad y corresponde al Congreso la potestad constituyente.
Ojalá los constituyentes no se olviden de lo que nos une y no se dejen llevar por lo que nos desune. Así construiremos ese hogar común que se merecen todos los chilenos.