El quinto marido de Elizabeth Taylor
El otro día asistí a una charla de varias personas sobre un mismo tema. Cuando…
Presidente del Consejo Directivo de la Fundación para el Progreso. Ex ministro de Educación. Abogado de la Universidad de Chile. Consejero del Círculo Legal de ICARE y Officer del Power Committee de la International Bar Association. Ha sido reconocido por la publicación internacional Best Lawyers como el mejor abogado del año 2012 tanto en el área corporativa como fusiones y adquisiciones.
El otro día asistí a una charla de varias personas sobre un mismo tema. Cuando…
Como aficionado a los discursos, debo reconocer que si algo sabe hacer la izquierda son…
El trabajo de la Convención, empeora los problemas que teníamos y crea nuevos problemas.
La megalomanía -esa combinación de narcisismo, vanidad y delirio de grandeza- es entre los defectos del ser humano la que me parece más patética.
Escribir derechos sociales no garantiza nada. La correlación entre constituciones con muchos derechos sociales como las de Nicaragua, Venezuela o Angola con pobreza extrema es lo que debiera preocuparnos.
Nos extorsionaron diciendo que para apaciguar Chile había que votar Apruebo. Ganó el Apruebo y la violencia continúa. Después, por las mismas razones, que había que votar por Boric. Y acá estamos: con más violencia que el mes pasado y menos que el próximo. Ahora muchos dicen que si no se aprueba la constitución estalla Chile. Basta de chantajes.
Al presidente Piñera le gustaba la cosa naviera con timones, velas y tormentas. Este gobierno prefiere la cosa aérea. Me parece apropiada porque quiere decir que en el gobierno empiezan a enterarse de que la ley de gravedad existe.
Como abogado me ha tocado conocer muchos conflictos humanos. Entre socios, entre empresas y clientes, entre matrimonios, etc. Las razones son múltiples pero normalmente tienen una cosa en común, se detonan y agravan en épocas de problemas económicos.
Hay oportunidades en que es muy difícil escribir porque no hay temas interesantes. Ahora, en cambio, me siento como un zancudo en un campo nudista: no sé por donde empezar.
Era el jueves a las 19:30, bajaba por la Alameda hacia La Moneda, a la cena que el -ahora- expresidente Piñera daba a los dignatarios presentes. No podía dejar de reflexionar sobre estos cuatro años.
Sería trágico que Chile terminara reemplazando la mal llamada Constitución de Pinochet (hoy de Lagos) por la de Evo Morales.
Debemos ser humildes frente a la constitución. A pesar de lo que creen en la CC, ella no nos puede hacer más altos, más inteligentes o más ricos. Y si la CC no entiende cuáles son sus límites y cuál es su función, vamos trabajando en un plan B.
El desafío es volver a participar en la batalla de las ideas alzando la voz e invirtiendo esfuerzo, tiempo y dinero. Esta batalla es larga y perpetua. Se da en nuestras casas, en los colegios y en la prensa.
Ayer con una puesta en escena, diversa, inclusiva, paritaria y todos los demás adjetivos propios del relato progresista, se presentó el flamante nuevo gabinete.
Ahora que don Gabriel parece haber reaccionado en contra de la violencia, es bueno saber como combatirla.
Ignoro la preponderancia del señor Salas en la política exterior chilena. Pero si las críticas que se le formulan —calificadas como ‘lindezas’— son querer cerrar embajadas y retirar la firma del Acuerdo de Escazú, no debiéramos más que celebrar sus ideas.
Chile ha optado nuevamente por el socialismo. Ya lo tuvimos y lo padecimos. Terminó mal, con pobreza, odio y pérdida de la democracia.
Escribí esta columna sin saber el resultado de la elección porque me parecía que no importaba si la centroderecha ganaba o perdía. Cualquiera hubiera sido el resultado, su misión debe ser la misma.
En el debate le preguntaron a Boric si los fondos ahorrados por una persona que había impuesto toda su vida y moría a los 64 años —uno antes de jubilar— los heredaban sus hijos
Antes, los candidatos inventaban programas. Ahora, inventan evangelios. Los columnistas no podemos ser menos y por eso me he permitido publicar esta carta de San Pablo a los chilenos.