Crisis subprime y bien común
“Este viernes se cumplen diez años desde que el gobierno de EE.UU. no rescató la quiebra de Lehman Brothers. Y eso hay que celebrarlo”.
Director Ejecutivo de la Fundación para el Progreso. Economista de la PUC y Magíster en Economía de la misma universidad. Luego de trabajar en el mercado financiero y como asesor de diferentes Ministros de Economía y Educación, realizó un Magíster en Economía Política en la Universidad King´s College London. Es coautor del libro sobre pájaros chilenos, Geografía de Pájaros, editado el 2015 y ganador del premio IBBY (Organización Internacional para el Libro Juvenil), al mejor libro infantil de no-ficción de aquel año.
“Este viernes se cumplen diez años desde que el gobierno de EE.UU. no rescató la quiebra de Lehman Brothers. Y eso hay que celebrarlo”.
“Trump fue electo y ‘legitimado frente a la ciudadanía’. ¿No había que criticarlo entonces a él ni a sus demenciales ideas?”.
El mercado aéreo está sacudido y ello ha presionado los precios a la baja.
El informe del PNUD es categórico en decir que comparado con Latinoamérica somos, por lejos, el país que más ha avanzado en materia de ingresos, educación y salud.
Entrar a la universidad en el pasado era prácticamente equivalente a un título nobiliario.
Es lamentable que en nombre de nobles intenciones, como la justicia e igualdad, se asome esta intolerancia oculta y disfrazada de lo contrario.
Hechos como los del SENAME demuestran, por enésima vez, los riesgos a los que nos exponen las ideas de los adalides de la bondad estatal.
La pobreza es grave y la peor es las injusticias, pero eso no es desigualdad, es injusticia.
Vaya paradoja: ante el descrédito de alguien, mayor poder para él.
Suponer que el ser humano, en ciertas posiciones de poder, se convierte inmediatamente en un virtuoso, en alguien capaz de obrar por el bien de todos y sobreponerse a toda tentación.
Nuestra época estaría siendo testigos de una tragedia: la verdad ya no tendría el valor ni la relevancia de antes. Nos estaríamos enfrentando a que las ideas falsas moldeen nuestra realidad.
El término «salir del clóset» viene de la sensación de encierro que vive quien está…
La crítica al personaje es fácil y, obviamente, lo más políticamente correcto de la existencia. Por esto, reflexionar respecto a lo más impresentable de todo su discurso peligra convertirse en una perogrullada.
¿Es que acaso antes del capitalismo no había misoginia ni patriarcado? ¿O habrán sido capitalistas los Selk’nam?
Una cosa es la deslegitimación de las elites y la necesidad de corregir y condenar sus delitos, pero otra es sostener que estamos en el peor de los mundos y llamar a la retroexcavadora.
¿Por qué el Estado nos prohíbe traer vehículos usados? ¿A quién beneficia y a quién perjudica?
¿Es mejor acaso que no exista, ni haya existido, el primero de la familia? Pareciera que era mejor cuando había una gran mortalidad infantil, en Chile se hacía una película por década y sólo unos pocos iban a la universidad
la primera preocupación que mostraron los chilenos es que el Estado no se entrometa en la educación de sus hijos. Es decir, creen que es más importante que los dejen «decidir la forma de criar y educar a los hijos» (lugar 1) antes que los dejen hacer marchas públicas (lugar 19) o que les entorpezcan la formación de partidos políticos (lugar 22). Cae entonces la pregunta, ¿están respetando las reformas actuales esta libertad tan valorada por los chilenos? Claramente no.
La “opinión pública”, la famosa opinión políticamente correcta, reflejada, y muchas veces incluso manejada, por la todopoderosa prensa, se escabulló.
La democracia posibilita ascensos de líderes como Trump al poder, y es justamente el liberalismo -y no el socialismo ni sus variantes- el orden político que se preocupa de fenómenos como este.