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Axel Kaiser: "La educación es un vehículo potente para resolver la desigualdad"

Axel Kaiser: "La educación es un vehículo potente para resolver la desigualdad"

"Piketty es un socialista que entiende que el marxismo fracasó", sostiene el conocido columnista.

Axel Kaiser toma un sorbo de su agua mineral sin gas, debajo de un toldo caluroso en un café restaurante de Avenida Vitacura. Cuando se le pregunta por el economista francés Thomas Piketty, de visita en Chile para asistir al cuarto Congreso del Futuro, que reúne a políticos, científicos y empresarios, Kaiser deja su vaso con agua mineral sin gas y hielo en la mesa y da su primera observación crítica sobre las ideas que Piketti lanzó en su libro “El capital en el siglo XXI”, un best seller económico que ha causado polémica, sobre todo en Estados Unidos, Latinoamérica y, especialmente, en Chile.

“Thomas Piketty es partidario del sistema capitalista. Los que creyeron que van a encontrar en su libro los argumentos para cambiar el sistema, no están con Piketty. Él dice que cree que el capitalismo es el mejor sistema para producir riqueza porque da espacio para la libertad, y que por ningún motivo apoyaría un sistema como el de la Unión Soviética o el de una economía centralmente planificada”, dice Kaiser, abogado y doctor en Filosofía y Economía Política de la Universidad de Heidelberg, en Alemania.

La razón de tal polémica es simple: las ideas de Piketty coinciden con la postura del gobierno de Michelle Bachelet, en cuanto a establecer impuestos sobre el capital. Lo que se vio reflejado en nuestro país al discutir en el Congreso la llamada reforma tributaria, y aprobada a fines del año pasado.

-¿Una reforma tributaria ayudaría a acotar la brecha de desigualdad?

-Es complejo. Plantear que con la reforma tributaria vamos a resolver la desigualdad no es cierto porque puede haber más desempleo y eso va a aumentar esa brecha.

-¿Qué busca Piketty?

-Él dice que el capitalismo es un sistema que genera riqueza, que no es un sistema explotador. Pero que como tiene esta tendencia a la desigualdad, que puede llegar de forma acelerada, en algún minuto se generan desequilibrios grandes en una sociedad por el poder concentrado en unas manos versus otras. Eso podría llevar al colapso del sistema.

-¿Y eso es porque los ricos son más ricos?

-Piketty no está diciendo que los ricos se están enriqueciendo, mientras los otros se están empobreciendo. Lo que dice es que, en general, todos estamos mejorando, pero unos mejoran más que otros. Si eso es verdad, ¿cuál es el problema? Si a todos nos está yendo mejor y todos prosperando.

-Explíquese.

-Si yo me puedo comprar un auto y antes andaba a pie… si me compré un Toyota Yaris y mi vecino, gracias al mismo sistema en que vivimos, se compró un Mercedes, pues los dos estamos mejor, no cabe duda. Claro, yo tengo un Toyota y me puede dar rabia que el tipo ande en un auto más lujoso, pero ¿hay una justificación para decir que el sistema es inmoral si nos está mejorando a los dos?

Kaiser mira su vaso con agua mineral.

“Es más, en una de esas el hijo del tipo que tiene el Mercedes va a perder la plata y mi hijo va llegar a la cima, y ahí es donde Piketty está equivocado”, dice.

-Para Piketty, las fortunas más grandes se incrementan más y más y ahí se produce una enorme desigualdad.

-El capital no está asegurado. Se hacen malas inversiones, salen otros productos al mercado que los reemplazan. Eso ocurre. En ese punto yo creo que Piketty se muestra más débil, él ignora esa rotación que existe en el capital. Yo no veo un problema si unos progresan más que otros porque es parte de la diversidad humana; es como decir que todos los futbolistas van a llegar al Real Madrid.
¿Es mala la desigualdad?

Kaiser es, además, columnista en diversos medios y director ejecutivo de la Fundación para el Progreso, que “promueve el mensaje liberal entre la juventud y el público general”, según se explica en su página web. “Piketty es un socialista que entiende que el marxismo fracasó; pero es socialista, siempre en esa mentalidad habrá una elite que ataca para beneficiar al otro. Lo interesante es que su ideas en Francia han llevado, en parte, a que los franceses estén en una tremenda crisis económica, que Hollande sea el peor presidente evaluado de la Quinta República y que haya tenido que retirar el impuesto del 75 por ciento a los ricos porque se le fue la plata”, dice.

-La desigualdad es un concepto recurrente en la obra de Piketty.

-Lo que ocurre es que la gran crítica que se puede hacer a la desigualdad excesiva es sociológica. A las personas les cuesta tolerar la desigualdad. No nos gusta, eso es mucho peor en países en desarrollo, donde tienes masas de gente pobre y minorías muy ricas. Lo que ocurre es que la gente que tiene poco ve a esta minoría rica y se tensiona esa sociedad. Sobre todo ocurre en países en que no tienes mercados verdaderamente libres, como en América Latina y África, donde los empresarios se compran a los políticos, y estos les dan todo tipo de privilegios. El mismo Estado es responsable de crear esa desigualdad.

-Se plantea hoy que el gran problema social en Chile es la inequidad.

-Lo que ocurre es que eso no es efectivo. El profesor Claudio Sapelli, de la Universidad Católica, plantea que la desigualdad ha ido disminuyendo en Chile; pero el problema más importante es que en nuestro país falta libertad en varios mercados que, efectivamente, están capturados, que están con barreras en la entrada puestas por el Estado y que les hace imposible a los pequeños ingresar.

-¿Cómo así?

-Usualmente los mercaderes van a buscar la protección del Estado para que, por favor, los regulen porque así se impide la competencia. Si el gobierno está pensando en los que vienen de abajo, debería meditar seriamente en dar espacio para potenciar la competencia y la entrada a los distintos mercados. Eso no lo ha hecho ningún gobierno hasta ahora. Llevaría a bajar los precios, a existir más competencia, más oportunidades, más empleo y terminar así con los privilegios arbitrarios de los que nadie quiere hablar. Ni siquiera el gobierno de la Nueva Mayoría.

-Pero la gente ha protestado en las calles porque se siente fuera de la toma de decisiones.

-Ese es otro aspecto relevante, pero el problema apunta en la misma dirección. Mientras más grande sea el Estado y más poder tengan los políticos, mientras más dinero manejan de la gente, más son los incentivos de todos para coludirse.

-El fin de esas restricciones a la competencia, ¿reduciría la brecha entre los que tiene más versus los que tienen menos?

-Yo creo que sí. Al final, lo que ocurre con los mercados libres es que, al generar acumulación de capital, genera más oportunidades de trabajo y aumentan los ingresos. Ahora, siempre hay gente que va a tener mucha plata: ocurre en Suecia, en Francia, eso necesariamente no es malo si ese dinero está trabajando para el resto. La gente se imagina muchas veces que los ricos son como Rico Mac Pato, que nadan en sus billetes. Si una persona tiene mil millones de dólares, esas son empresas que están produciendo para nosotros y que generan empleo.
Soluciones

-¿Qué propone para controlar y disminuir la desigualdad excesiva?

-En Chile la desigualdad de ingresos por generación ha ido cayendo y es un fenómeno propio del mercado, el que unos se suban y otros se sumen. Ahora, la educación evidentemente es un vehículo potente para resolver la desigualdad, pero debe ser con la calidad y cantidad necesaria. No sacas nada con tener países como Argentina y México, donde todo el mundo va a la universidad.

-Y qué sucede con la educación superior aquí.

-Pienso que hay un problema súper concreto: la educación universitaria es muy cara. No estoy seguro que a la gente le moleste que haya otros que pueden pagar esos estudios superiores. A la gente le molesta no poder pagar la universidad. La inequidad no es injusticia por definición. Es al revés, la libertad es la justicia, respetar el proyecto de vida de las personas es lo justo, de eso surge un Steve Jobs, por ejemplo.

-¿Y cómo se soluciona ese problema?

-Se puede resolver de distintas maneras: que la competencia en las universidades sea más abierta. La otra opción es acortando las carreras. En Chile son muy largas si las comparas con estándares internacionales. Si las reduces en duración, reduces el gasto de los padres en un 40 por ciento. La otra alternativa, además de becas para alumnos talentosos sin recursos, es dar créditos con tasas subsidiadas sin aval del Estado, porque si lo avala el Estado nadie lo paga.

-Entonces, ¿cómo se puede resolver la brecha excesiva?

-Al final la preguntas es: ¿vive un rico hoy en día tan distinto como vive una persona de ingresos medios? Yo tendré el Toyota y tú el Mercedes; entonces lo que hay no es una desigualdad real, sino relativa, no absoluta, porque los dos tenemos auto. Nos movemos por los mismos tacos y tenemos aire acondicionado. La diferencia es que tu auto es un poco más grande y seguro, pero, gracias a la innovación tecnológica en diez años, las comodidades del Mercedes las va a tener el ciudadano medio. La innovación tecnológica tiende a igualar nuestras condiciones de vida.

Fuente: LUN

Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan las de Fundación para el Progreso, ni las de su Directorio, Senior Fellows u otros miembros.

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